Dermatitis Atópica. Qué es, síntomas y tratamiento.

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se caracteriza por un intenso picor, piel seca y escamosa, y erupciones cutáneas. Se cree que es causada por una combinación de factores genéticos, ambientales e inmunológicos. Esta afección se suele manifestar en los primeros años de vida y puede durar hasta la edad adulta

Los estudios han identificado un número de genes asociados con la dermatitis atópica, incluyendo los que codifican para proteínas que se encuentran en la piel y que ayudan a protegerla de las infecciones y los alérgenos. Se ha descubierto que los pacientes con dermatitis atópica tienen una disfunción de la barrera cutánea, lo que les hace más susceptibles a la penetración de alérgenos y patógenos. Además, se ha encontrado que los pacientes con dermatitis atópica tienen un sistema inmunológico hiperreactivo que produce una respuesta inflamatoria exagerada a los estímulos ambientales.

Además de los factores genéticos, los factores ambientales también pueden desempeñar un papel importante en el desarrollo de la dermatitis atópica. En estos pacientes, el contacto con sustancias irritantes y alérgenos, así como los cambios en la humedad y la temperatura, pueden desencadenar o agravar los síntomas de esta afección. Los factores psicológicos también pueden desempeñar un papel importante en la aparición de la enfermedad, ya que el estrés y la ansiedad pueden exacerbar los síntomas de la dermatitis atópica en algunos pacientes. 

¿Qué síntomas tiene?

Los síntomas más comunes de la dermatitis atópica incluyen picazón intensa, piel seca y escamosa, y erupciones cutáneas. La picazón puede ser muy intensa y puede empeorar por la noche, lo que puede afectar la calidad del sueño. La piel seca y escamosa es el resultado de la disfunción de la barrera cutánea, lo que hace que la piel sea más susceptible a la penetración de los alérgenos y otros irritantes.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico de la dermatitis atópica se basa en los síntomas y la apariencia de la piel. El dermatólogo puede hacer preguntas sobre los antecedentes familiares de la enfermedad y los factores ambientales que pueden desencadenar o agravar los síntomas. Otros factores importantes que influyen para diagnosticar esta afección son la exploración de la piel afectada y la realización de pruebas diagnósticas específicas para descartar otras enfermedades.

Tratamiento

El tratamiento de la dermatitis atópica se basa en la gravedad de los síntomas y puede variar de persona a persona. En la consulta de dermatología se pueden establecer medidas para controlar los síntomas y evitar los desencadenantes, así como prescribir medicamentos para reducir la inflamación y la picazón.

Entre las medidas de cuidado personal usadas para paliar los síntomas, se recomiendan:

  • Mantener la piel bien hidratada con cremas y aceites dermatológicos.
  • Evitar el uso de sustancias químicas fuertes, como detergentes y perfumes
  • Usar ropa de algodón, ancha y transpirable.
  • Evitar la exposición de la piel a altas temperaturas en baños y duchas, y hacer uso de jabones neutros

 

En conclusión, la dermatitis es una enfermedad multifactorial que requiere un enfoque de tratamiento integral que aborde tanto los factores genéticos como los ambientales. Es una afección común de la piel que puede ser incómoda e incluso dolorosa, y por eso debe ser tratada por especialistas.

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